21 de marzo de 2021

Existe un lugar...


La mente quiere más y más datos para obtener información, pero ésta nunca es suficiente.

Cuantos más datos acumula menos eficiente se vuelve, se satura, se pierde en un abismo, trampa, que produce incertidumbre y confunde.

Pero hay un lugar donde los datos ya no son necesarios. Hay un lugar, un espacio de silencio, al que se puede recurrir. Está disponible para todos y se llega respirando con las manos posadas sobre el corazón. Al principio puede resultar algo sin sentido (para la mente hambrienta de datos), pero pasados unos minutos la magia del sentir aparece.

Es allí, en el sentirse, donde se puede habitar ese espacio en el que somos presencia.

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